La puesta en marcha fue un trabajo en equipo. Los ingenieros de procesos de la sede central de Braunschweig, BMA América, BMA Rusia y BMA China estuvieron sobre el terreno: todos ellos especialistas en su campo. Se ajustaron los aparatos, se calibraron los instrumentos y se armonizó la automatización.
Se le dio mucha importancia a la formación del personal operativo, por ejemplo, sobre el funcionamiento de la torre de cristalización, de escasa difusión en China. Antes de poder actuar en serio, se efectuaron marchas de prueba con agua fría y caliente.
En total, durante tres semanas se realizaron ajustes de precisión y comprobaciones antes de que se refundiera azúcar crudo por primera vez en las nuevasinstalaciones en diciembre del pasado año. Y con éxito: aproximadamente 15 horas después pudo procesarse la primera masa cocida en las centrífugas suministradas por BMA. Un poco más tarde el azúcar esperaba ya seco y frío para su envasado en los silos de acondicionamiento.